miércoles, 9 de febrero de 2011


Aun siento tu mano aquí sobre mi frente, es el mejor remedio para mi dolor. Cuando te necesito siempre estás presente. Mi mundo se transforma al oir tu voz. Asi fueron las cosas desde que era un niña... A cada interrogante tu palabra al fin, me daba una respuesta sabia. Tu luz me iluminaba el alma y no existían dudas para mi.

Mamá, Mamá, es tanto lo que tu me das. Es una deuda tierna, amorosa, eterna. Imposible de pagar.

A veces me pareces que te sobran brazos para abrigar a todos en tu corazón. Te multiplicas tanto sin medir el paso, que en vez de una sola tu eres un millón. Yo tengo muchas madres par ami fortuna... La que me pone a salvo, la que da valor. La que trabaja y deja huella, la dama para siempre bella, la que nos ilumina con amor.

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