Llorá, llorá todo ese dolor... Hay que llorar las tristezas y llorar las tragedias. Hay que llorarlo TODO. Llorar todo ese dolor, sacarlo, porque ocupa el lugar de la alegría, del amor. Cuando llorás no sólo lloras el dolor, también el odio, el resentimiento, la frustración. Te vaciás de todo eso. Cuando llorás, regás... Y tal vez algo florezca. Y una vez que lo hayas llorado todo, toda la tristeza, la soledad y una vez que hayas llorado mucho REÍ - Reí con esperanza. Llorá por lo que esperás pero reí sabiendo que vendrá.
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