lunes, 26 de julio de 2010

¿Qué sentido tiene tu vida?


Una vez que decidas cuál es tu respuesta, vuélvete alguien capaz de dirigir tus pasos hacia ese propósito. No te dejes convencer de que hay otros propósitos más elevados, más nobles, mejores que el tuyo, más operativos o mejor vistos... No dejes que nada te distraiga de tu senda, mucho menos lo que otros dicen de su propio camino. Defiende tu propósito y si, en efecto, descubres que es lo que le da sentido a tu vida, date cuenta de que deberías poder dar tu vida por él, no muriéndote, que es fácil, sino viviendo para eso. Hay que ser capaz de consagrar la vida a un propósito, aunque sólo sea uno, cualquiera que sea; no sólo porque eso es parte del camino hacia la felicidad, sino porque es la mejor manera de hacer que vivir valga la pena...
La búsqueda de la felicidad no es sólo un derecho de algunos, sino una obligación natural de todos... Pero atención: no existe solo un camino correcto, así como no hay un solo sendero que vaya hacia el norte. Aquel camino es correcto, pero el otro también, y el otro...

Todos los caminos son correctos si van en el rumbo elegido por uno mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario