lunes, 26 de julio de 2010


Imagínate que naces girasol... Imagínate que te enseñan desde que naces, que debes dormir de noche, y mirar al sol de día para que pinte de amarillo tus pétalos. Imagínate que te aburre esa forma de vida, que no elegistes. Y ahora imagínate que un día, furtivamente, por descuido, error u osadía... miras sin querer la luna. En ella descubres lo que buscabas, justo la respuesta a todos tus interrogantes. Desde entonces, mirar al sol deja de interesarte, te escondes, y de noche elevas tu rostro al cielo para que la luna te impregne con su magia. Pero todas las cosas que nos hacen felices llevan implícito un precio que hay que pagar, y el mirar la luna te torna distinto. Ahora tus pétalos lucen de color de los rayos lunares y ya no hay forma de ocultar tu "doble vida". ¿Que hacer? ¿Romper con todo y dedicarte a perseguir tu sueño? ¿o agachar la cabeza y olvidar que la luna te hace feliz?

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